miércoles, 28 de diciembre de 2011

Un homenaje al swing desde Sevilla


O sister!
Crazy people
2009
www.osister.es


En el jazz siempre hay hueco para uno más.  Al fin y al cabo, y como muy bien dice el alma mater de este grupo, Paula Padilla, surge como una música popular, para bailar, para disfrutar... y eso es precisamente lo que hacen ellos.

Parten de un homenaje al grupo de jazz vocal The Boswell Sisters, que sí eran hermanas (como Paula y Marcos Padilla), y que deslumbraron en los años 30 a la ciudad de Nueva Orleans con su característico uso del scat, que es el uso de las voces para imitar a diferentes instrumentos.  Este mismo recurso es utilizado de forma admirable por O Sister!, además de los cambios habituales de ritmos. 

Además de regalarnos swing y dixie, este grupo customiza sus actuaciones, pues su vestimenta es adecuada a la actitud elegante pero divertida que envuelve este estilo de música, que muchos conocerán por la faceta del baile, el Lindy Hop, nacido en el Savoy Ballroom de Nueva York: pajarita, canotier, tirantes, boas de plumas... 

Es de agradecer que podamos encontrarnos con grupos como este que ofrece una fiel reproducción de la actitud de una época.  Juegos de sonidos vocales, perfecta armonización, una forma de entender la música y la interpretación como un divertimento que puede y debe ser compartido.  Stardust” (Carmichel, 1927), así como “It don’t mean a thing...” (Ellington, 1931) son, para mi gusto, dos de las mejores versiones que nos ofrece O Sister! En su disco “Crazy people”, que era lo que pensaban muchos de los más conservadores en los años 30 cuando escuchaban a los jóvenes cantar y bailar a ritmo de swing.

Unos extraordinarios músicos, de larga tradición y formación musical que nos invitan a un viaje elegante, desenfadado y vivaz a los años 30.  imprescindible para los amantes el jazz.




Jotas por bluegrass...


Los Hermanos Cubero
Cordaineros de la Alcarria

Armando Records, 2010



La asociación Ronda Segoviana, después de llevar 32 años manteniendo y divulgando el folklore castellano y de premiar desde 1995 los esfuerzos de incontables grupos dedicados a tal titánico esfuerzo en la era del I – pad y de Operación Trinunfo, decidió dar un salto importante.  Creó así el premio Europeo Nueva Creación de Folklore Agapito Marazuela, con el ánimo de llevar el folklore al siglo XXI.  Y llegaron unos chicos de Guadalajara  y residentes en Barcelona, y lo acercaron primero a Kentucky y a Tenneessee al ganar su segunda edición.  Guitarra y mandolina en lugar de dulzaina y caja (de ahí lo de cordaineros, en lugar de dulzaineros) y bluegrass en el alma.  No se si a alguien más se le habrá ocurrido lo de las jotas por bluegrass, pero los Cubero han sido los que se han atrevido, seguramente movidos por la obstinación de la que hablan en repetidas ocasiones en el disco (“Pasacalles para mandolina y terquedad”).  Y bien que se lo agradecemos los amantes de la música en evolución, de la fusión.


Estos alcarreños de pro nos descubren en su disco qué se puede hacer con una guitarra y una mandolina, además de con una voces bien templadas. Se dicen influidos por Bill Monroe, Jimmy Martin y claro está, la Ronda del Alamín, por lo que la sensación al escuchar el disco es que hemos trasplantado un pedazo de Kentucky a La Alcarria y que sus habitantes se han juntado en la plaza del pueblo a celebrarlo en una fiesta donde cada uno ha puesto lo mejor de su tierra.  Hay que prestar especial atención a algunos temas, muchos de ellos tradicionales, como la excelente versión de “La molinera y el Corregidor” o “La entradilla” (obligatoria en el concurso).  No podemos decir que sea un disco de bluegrass ni un disco de folklore castellano, y es bueno que sea así, porque han sabido fusionar el estilo y pasar de Bill Monroe a la jota (“Jota para Bill Monroe”) sin que les tiemblen las cuerdas (más de lo necesario...). 

Una ocasión para acercarse a un folklore algo olvidado en España, de la mano de Los Hermanos Cubero y con unas “novedades”, como ellos mismos las llaman en la canción de despedida del disco, que nos trasladan al sur americano.  Miel de la Alcarria pero con un regusto a bourbon que nos encanta.